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Serie "Magiæ"

TEXTO CURATORIAL

 

Esta serie de obras tiene su inicio mucho antes que se pintaran las imágenes que se ven colgadas acá.

Desde hace unos años trabajo con esta temática, dándole vueltas y enfocándome desde distintas perspectivas.

Hoy presento el culmen de un proceso. Pero no el final de un proyecto.

Magiæ se centra en las fuerzas ocultas que sostienen todo lo creado (y lo increado). Es aquel punto de partida o energía invisible que anima lo que para muchos es posible y verdad.

La magia, para llamarla de algún modo, está al origen de todo en cada cultura, sea antigua como contemporánea.

Y es esta misma magia la que nos sorprende cada mañana al despertarnos, al descubrir los colores del cielo, ver un ave volar o el milagro mismo de un nacimiento.

Cada civilización explicó con ella lo que no pudo expresar con palabras. Y si bien la humanidad fue encontrando explicaciones racionales a casi todos los fenómenos que la rodean, muchas preguntas sólo se pueden responder con de una sola manera:

…CON MAGIA.

Y a partir de ella surgieron historias, creencias, rituales, esperanzas de todo tipo. Porque a pesar de que no se tengan pruebas fehacientes de su existencia, hay algo sutil, escondido, silencioso, que parece susurrarnos al oído cuando la vista se siente engañada al percibir cosas que no deberían estar ahí.

Desde la creación del cosmos, desde la concepción del Bien y, por supuesto, su oposición; desde lo fecundo de la tierra, y las creaturas misteriosas de los distintos pueblos, la magia fue tomando su lugar en nuestra mente, nuestro vocabulario, nuestros rituales y, claro está, en el Arte.

 

Presento aquí una serie de personajes, algunos bien identificados, otros, de manera más ambigua, para que puedan ser colocados según las propias creencias, las propias miradas, la propia experiencia de la magia.

Es un recorrido intelectual, a través de historias que desde siempre me atrajeron y me llenaron de admiración, porque mezclan lo cotidiano con lo fantástico, lo imposible con lo esperado. La respuesta a un pedido…

 

Creo también que en el fondo de todo este trabajo de investigación -desde lo teórico para dar a luz lo visual- está la fuerte necesidad de ESPERANZA que siento que las personas están buscando deseosas en muchas elecciones equivocadas.

Por lo general, estos personajes no son ello solos por ellos mismos. Lo son para otros, en solidaridad a otros, en acción para con otros (tanto los “buenos” como los “malos”).

Y es ahí donde encuentro la correspondencia a la espera(nza) de la gente.

Un reaprender a compartir, a ser el Ser Mágico para quien está al lado. Ser la respuesta esperanzadora en un tiempo donde todo futuro está encerrado en un gran hueco oscuro, disfrazado de cuidados, pero vacío de afectos (y efectos).

 

MAGIÆ: magia, vos, yo, cada uno. Todos juntos.

La magia se suele entender como algo extraordinario, poderoso, milagroso, sublime… Así entiendo el AMOR.

Para mí, esa es la Magia más grande (o quizá la única que exista…).

El Amor, en todas sus esfumaturas y formas resumen en sí las respuestas a cada pregunta profunda que el ser humano se plantea y manifiesta al universo.

El Amor, que no prescinde de la persona, sino que se sirve de ella para ser y obrar, es el motor que mueve a todos, incluso si no lo sabemos.

Y amores hay muchos, o tal vez, sólo sea uno que se divierte disfrazándose…

Podemos verlo vestido de amante, de novios, de amigos, de padres, de hijos, de hermanos… ¡de abuelos!!!!

Lo encontramos escondido en los maestros, en sus alumnos, en los que dedican su vida a sanar el cuerpo y en los que prefieren salvar las almas…

El Amor es loa magia que nadie inventó, que nunca fue creada, que surgió por sí sola, por ser tan perfecta y tan potente, que no pudo ser contenida por la nada…

Hay quien la llama energía, cosmos, magia… Esencia de todas las cosas…

Yo prefiero llamarla Dios.

Porque Dios es Amor. Dios es Familia. Dios es Unión…

No importa qué dios… No hablo de religión. Hablo de una experiencia personal, profunda, enorme, que va más allá de rótulos. Pero que también escapa a todos los que no han tenido esa experiencia de Dios.

Y como toda experiencia personal es indiscutible. Sólo se puede presenciar, disfrutar, o… rechazar. Pero nunca negar.

 

Y aquí están algunos de esos disfraces del Amor.

Vestidos de un Dios-Amor que no deja de pasar a nuestro lado, acariciándonos, revelándose, silenciosamente, sin exigir nada más que la pura reciprocidad del amor.

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